dormir bien

06 Sep Qué nos impide dormir bien

El ritmo de vida de la sociedad actual hace que ya no durmamos la misma cantidad de horas que hace unos años. Aunque sabemos que dormir sigue siendo importante, cada vez el tiempo que dedicamos a descansar es menor. Por todo ello es aún más importante ser conscientes de la importancia de saber dormir bien.

¿Cuánto deberíamos dormir?

Todos sabemos que hay que dormir lo suficiente, pero ¿tenemos claro cuánto es lo suficiente? La respuesta no es sencilla. Depende de si somos hombres o mujeres o incluso de nuestra edad. Así, un niño pequeño necesita dormir mucho más que un anciano. Y algunos estudios han demostrado que las mujeres fisiológicamente necesitan dormir más que los hombres.

Pero si hay que dar una cifra, diríamos que el margen se sitúa entre 7 y 9 horas de sueño diario. En el primer estudio Flex sobre el Sueño, se ha establecido que los españoles nos encontramos dentro de esos límites. En general, dormimos una media de 7,1 horas de lunes a viernes. Aunque resulta preocupante que el 35% declara que no llega a dormir esas 7 horas mínimas recomendadas.

Cómo mejorar el descanso en ancianos

Cómo hemos mencionado antes, cuándo somos ancianos dormimos mucho menos que de joven. El problema es cuándo esto lo normalizamos y no tenemos en cuenta las causas y no ponemos remedio para mejorar el sueño.

  • Ponte una rutina diaria: los ancianos tienen vidas mas tranquilas, en muchos casos repetitivas. Ponernos ciertas rutinas y horarios, para no dormir a horas raras o levantarse muy pronto, puede hacer que estemos mucho más descansados.
  • Mantén un ambiente tranquilo y agradable en tu hogar: si la temperatura del hogar es agradable y la luz que hay en las habitaciones mas usadas, como el salón o el dormitorio, es saludable, vamos a tener un descanso de calidad
  • Si haces ejercicio, que sea moderado: debemos de elegir deportes que sean saludables y a la vez no sean muy exigentes, aunque esto dependerá de las circunstancias de cada uno. El yoga o el senderismo pueden ser buenas opciones.
  • No hagas siestas largas: en el caso querer echarse una siesta, lo aconsejable es no hacer mas de una y que no sobre pase la media hora en ninguno de los casos.
  • Ponte música: del mismo modo que a los niños se les cuenta cuentos o se les pone música infantil para dormir, los ancianos pueden usar músicas tranquilas como la música clásica para dormir. La radio en muchas ocasiones también es de utilidad conciliar el sueño.

Cómo mejorar el descanso en niños

Por otro lado, están los niños. Cuando estamos en nuestra primera etapa de la vida, el descanso es primordial y aunque es el momento donde mas dormimos, la realidad es que cada vez los niños tienen un descanso de peor calidad. Para cambiar esto, algunos de los consejos que podemos valorar son:

  • Crear un ritual para poder dormir bien: puedes hacer ciertas cosas con ellos, como leer un cuento o escuchar música suave que les ayuden a relajarse.
  • Vigilia lo que comen antes de dormir: los niños suelen comer peor que los adultos, sobre todo comidas mas procesadas, que dificultan la digestión, y azucaradas, que son estimulantes. Si evitamos que las coman, sobre todo después del mediodía, su descanso mejorará.
  • No pueden estar todo el día con las pantallas: los niños usan las pantallas en el colegio y es su principal fuente de ocio, lo que puede llegar a perjudicar a su descanso. Hay que evitar que usen las pantallas antes de dormir.
  • Tienen que hacer deporte a lo largo del día: tanto para dormir bien como para que crezcan sanos, el deporte es un elemento clave en el desarrollo de los más pequeños.
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¿Qué nos impide dormir bien?

Aunque las razones sean múltiples. Sin duda el estrés y las enfermedades son las más frecuentes y quizás también las más complicadas de manejar. Otras como la temperatura de la habitación (8% de los casos) o el estado del colchón (causa de insomnio en el 22% de los casos) disponen de una fácil solución. Aunque parezca que el estado de tu colchón no afecta, ten en cuenta que:

  • Tu espalda no tiene el soporte que necesita: cuándo nuestra espalda no esta cómoda dentro de la cama, la columna vertebral se puede resentir. Estas molestias y dolores provocan dolores a nivel articular y muscular, pudiendo llegar a provocar problemas mayores como lesiones crónicas.
  • El peso de tu cuerpo no se distribuye debidamente: cuándo el peso de tu cuerpo en el colchón no está distribuido debidamente, puedes llegar a sufrir problemas de circulación sanguínea o malestar mientras duermes
  • La firmeza se desgasta con el uso y el paso del tiempo: como es normal, el tiempo y el uso de este deterioran el colchón, perdiendo la firmeza que tenía en el momento de su compra. Cuando esta se pierde, favoreces que la espalda no este bien alineada y que te despiertes con dolores musculares.
  • No regula la temperatura: para descansar, tu colchón tiene que transpirar. De no ser así, puedes llegar a sudar en exceso y despertarte en multitud de ocasiones.

Cuando vas a participar en una carrera, te entrenas y calientas para hacerlo bien. Hagamos lo mismo con nuestro descanso, dediquemos un tiempo a preparar nuestro cuerpo y nuestra mente para lograr un sueño verdaderamente reparador.

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