18 Abr Inercia del sueño: Cómo combatir el aturdimiento matutino por el Dr. Albares

La inercia del sueño es la sensación de aturdimiento, desorientación y somnolencia que ocurre justo después de despertarse.  Su duración es aproximadamente entre 15 y 60 minutos, aunque hay personas que sufren durante unas pocas horas. Aunque no se conoce la causa biológica de este fenómeno, se cree que es un mecanismo de protección que ayuda a mantener el sueño en los momentos de despertares nocturnos.

La inercia del sueño y sus síntomas

Las personas que se ven más afectadas por la inercia de sueño son los trabajadores por turnos o aquellas que hacen jornadas laborales excesivamente largas. Como consecuencia, pueden experimentar disminución en el tiempo de reacción y en el estado de alerta, aumentando la probabilidad de sufrir accidentes laborales.

Los síntomas más comunes son:

• Debilidad
• Necesidad de seguir durmiendo
• Capacidad cognitiva mermada.
• Atención visual deteriorada.
• Pérdida de memoria.

La inercia de sueño se hace más notoria al despertar (tras un periodo de sueño prolongado o siestas de más de 30 minutos) y va desapareciendo lentamente a medida que avanza la mañana.

Cómo luchar contra la inercia del sueño

Para evitarla, existen ciertas acciones que podemos ajustar en nuestro estilo de vida:

• Siestas: dormir un periodo de tiempo breve, aprovechando algún descanso en el trabajo, reducirá la inercia de sueño.
• Cafeína: tomarte una taza de café por la mañana te ayudará a mantenerte despierto. Cuidado con excederse de esta cantidad, puesto que más cafeína de la recomendada afectará de forma negativa a tu descanso.
• Mantener los ciclos de sueño – vigilia ajustados a la exposición de luz – oscuridad que correspondan según el momento del día/noche, también reducirá la inercia de sueño.
• Mantener la habitación completamente a oscuras mientras dormimos.
• Ajustar la temperatura del dormitorio, evitando el calor y buscando el fresco, para permitir que nuestro cerebro pueda enfriarse y conseguir un buen descanso.

En definitiva, mantener unos correctos hábitos de sueño y un estilo de vida saludable, que permitan tener un sueño de calidad y cantidad óptimos, son la mejor opción para evitar los efectos indeseados de la inercia de sueño.