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21 Jun ¿Cómo deben ser las siestas de los bebés?

El descanso es un componente fundamental del desarrollo tanto físico como mental de los niños. Son hábitos que ayudan a fijar los aprendizajes, además de ser cruciales para su salud. Sin embargo, es habitual que existan dudas con respecto al tiempo que deben durar las siestas para bebés: ¿cuántas siestas para bebés de 6 meses son necesarias al día? ¿Cuáles son las rutinas de sueño más adecuadas? ¿y cuáles son las óptimas para no interferir en su descanso nocturno? En esta ocasión vamos a tratar de dar respuestas a estas preguntas, centrándonos en las etapas que van desde los 0 a los 2 años.

Siestas para bebés: ¿por qué son importantes?

Durante los primeros años de vida, el cerebro de un bebé está en desarrollo constante y el sueño tiene un papel clave en el proceso; que luego repercutirá en el sueño infantil. Así, no solo cumple la función de reponer energías, sino que las siestas favorecen su crecimiento, a nivel físico, mental e intelectual, al mismo tiempo que desempeñan un rol crucial en la formación de la memoria y el aprendizaje.

Cuanto más pequeños, más horas de sueño necesitarán. De ahí que, según el tiempo que tengan, el número de siestas diurnas serán más o menos numerosas. Conforme vayan sumando meses, es probable que alguna de las siestas habituales se vaya alargando y necesite una menos de las que acostumbraba. Se trata de un proceso normal que forma parte de la evolución que viven.

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¿Cuántas siestas debe dormir un bebé?

La cantidad de siestas o de horas al día de descanso va a estar determinado por la edad del pequeño y variará según cada uno; al fin y al cabo, cada niño es diferente y el sueño madura de manera progresiva y dispar en cada uno. Aunque no existe un número de siestas establecido, sí que hay una horquilla de horas determinada por los especialistas y que puede servir de orientación según los meses que vaya cumpliendo el bebé.

  • De 0 a 4 meses: por lo general, en lo que a siestas se refiere, no existe un patrón a seguir. Es más adelante cuando los bebés comienzan a formar sus propias rutinas. En este período suelen dormir entre 14 y 17 horas, siempre teniendo en cuenta que este rango es aproximado y puede variar.
  • De 4 a 12 meses: el número de horas se va reduciendo progresivamente y el descanso puede extenderse de 12 a 16 horas en total. A partir de los 4 meses es cuando comienza a construirse el patrón del sueño, por lo que muchos bebés comenzarán a dormir más durante las noches para, a lo largo del día, tomar entre 2 y 3 siestas. La duración de las mismas puede variar; unas pueden ser más cortas para luego alargarse en las posteriores. Además, en este período pueden pasar de 3 a solo dos siestas. Por otro lado, en torno a los 9 meses, suele darse un período de regresión. Si por la noche dormía períodos más largos, puede que ahora se despierte más. Esto se debe a diversos hitos en el desarrollo del pequeño y también a la ansiedad por separación.
  • De 1 a 2 años: a los 12 meses puede producirse otra regresión. Es una época en la comienzan a dar sus primeros pasos y a pronunciar algunas palabras, por lo que suelen estar muy excitados, lo que no facilita la tarea de dormir. Es común que en esta nueva etapa las siestas para bebé se reduzcan solo a una, la de la tarde, que puede prolongarse entre 1 o 2 horas.

Dependiendo del total de horas, estas se repartirán entre el sueño nocturno y el diurno. El resultado es que el número de siestas para bebés de 4 meses no es el mismo que el que requerirá uno de 12, que será menor. Así, poco a poco, el descanso durante la noche aumentará y, en consecuencia, disminuirá el diurno.

¿Cómo crear una rutina del sueño adecuada para los bebés?

Sea cual sea la edad del bebé, siempre es pertinente generar una rutina para regular, poco a poco, su sueño y que no sea un sueño liviano. Teniendo en cuenta que los recién nacidos no distinguen entre la noche y el día, conforme vayan creciendo sí que van desarrollando hábitos que se vuelven más predecibles y que podemos intentar mantener para que exista una estabilidad.

Así, una clave es exponer todos los días al bebé a la luz del día para que vaya creando y manteniendo los ciclos circadianos. Esto puede hacerse mediante paseos, por ejemplo. En consecuencia, cuando caiga la noche lo ideal es crear una iluminación suave y tenue, además de un ambiente tranquilo y que sienta seguro.

Por último, conviene establecer una rutina de siestas para contribuir a desarrollar el reloj interno del pequeño. Simplemente tratando que los períodos de sueño ocurran a la misma hora todos los días es suficiente. Y recuerda que algunos niños necesitarán dormir más que otros; todo es cuestión de ir conociendo al recién llegado y garantizar el mejor entorno posible para que caiga rendido.

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