22 Jul Dolor de piernas al despertar
Levantarse con diferentes molestias corporales es más común de lo que debería. Lo que tendría que ser una noche con un sueño reparador, termina generando malestar o rigidez. Estos problemas en la musculatura nos afecta en nuestro desempeño durante el día. Un ejemplo es el dolor de piernas al despertar, algo que puede estar desencadenado por diversos factores. Vamos a conocer las causas.
Una mala postura al dormir, tener un colchón inadecuado o la falta de práctica de ejercicio físico son las principales razones. Pero existen otras causas, o algunas consecuencias que van más allá de las razones más básicas. Algunos hábitos pueden ayudar a remediarlo.
Causas del dolor de piernas
Falta de movimiento
Uno de los principales motivos por los que puede aparecer este dolor es debido a la práctica insuficiente de ejercicio. Cuando la musculatura no se estimula lo que debería, es más vulnerable y propensa a sufrir calambres. De ahí que, ante la inmovilidad durante la noche, se produzcan tirones cuando tratamos de iniciar nuestra actividad por la mañana. El paso del reposo a la acción genera cambios bruscos que pueden producir contracciones rápidas de los músculos y un malestar que puede durar algunos minutos.
Cómo evitar la falta de movimiento
Realizar algún tipo de deporte cada día, aunque sea moderado, como caminar. Los problemas que produce el sedentarismo son múltiples. Uno de ellos puede manifestarse a través de dolencias al levantarnos por la mañana. Los estiramientos también son una rutina que incorporar diariamente. Con ellos se estimula la circulación al mismo tiempo que se aumenta la flexibilidad, lo que beneficia a las articulaciones.
Fatiga muscular
Al igual que la ausencia de actividad supone un problema, el exceso también puede tener efectos negativos en nuestro cuerpo. Si hemos tenido una jornada intensa cargada de ejercicio físico, nuestra musculatura puede haber realizado un sobreesfuerzo. Es entonces cuando se produce la fatiga muscular, un agotamiento de las fibras que conforman los músculos que se produce como respuesta a una actividad intensa.
Este fenómeno es habitual y pasajero, pero es importante dotar de tiempo de descanso y recuperación al organismo antes de embarcarse en otro ejercicio al mismo nivel. También los masajes acompañados de cremas pueden reducir el dolor de piernas al despertar y la incomodidad que generan.
Las posturas antes y durante el sueño
Una mala posición puede provocar tensión y rigidez en la musculatura. Todas las consecuencias de la postura se traducen en dolencias posteriores. Dormir bocabajo con las piernas estiradas o en posturas que ejercen un exceso de presión, pueden producir un despertar doloroso. Una forma de evitarlo es descansar de lado situando un cojín entre las piernas para facilitar que la columna vertebral permanezca alineada.
Escoge el mejor colchón para ti
También es importante elegir un colchón que se adapte a nuestras necesidades y hábitos de sueño. De esta forma impediremos que se creen puntos de tensión en las articulaciones y en zonas en las que padecemos molestias.
Problemas de circulación
Por otro lado, la mala circulación sanguínea puede producir incomodidad en las piernas y sensación de pesadez. Este problema suele surgir por una insuficiencia venosa. Las venas de las extremidades inferiores presentan dificultad para facilitar el flujo sanguíneo, algo que se ve agravado por el efecto de la gravedad.
En estos casos, el deporte ayuda, pero también mantener las piernas elevadas antes y durante la noche. Puedes colocar un cojín o almohada debajo del colchón en la zona de los pies. También existen somieres articulados que permiten graduar la elevación de las diferentes partes de la cama. Así, se facilita el retorno venoso, reduciendo la hinchazón y el dolor de piernas al despertar.
Por último, el estrés no solo afecta a nuestra salud mental, sino también a la física. Si nos encontramos en períodos de mucha presión, podemos padecer tensión muscular y, en consecuencia, dolor. Se origina por la contracción continua de uno o varios músculos y, si se mantiene en el tiempo, puede dar lugar al pinzamiento de los nervios del área. La aplicación de calor antes y después de dormir puede mejorar el dolor y favorecer la relajación. Además, los masajes y los estiramientos, pueden ser buenos aliados para disminuir la tensión muscular.
Recuerda que, disponer de un espacio que propicie la tranquilidad y la desconexión es importante a la hora de lograr un sueño reparador y de calidad. Por eso, elige mobiliario y textiles cómodos que se adapten a lo que necesitas. Busca un estado de relajación que te facilite dormir y despertarte renovado.
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