06 Jun Parasomnia: qué es, causas y cómo afecta al sueño

Los trastornos que afectan a la calidad del sueño son la realidad de muchas personas, alterando el descanso y, por lo tanto, su bienestar físico y mental. Quizás, uno de los menos comprendidos, es la parasomnia. Si alguna vez has oído hablar de personas que caminan o hablan dormidas, o padecen pesadillas intensas, probablemente ya sepas más de lo que crees de este fenómeno. Sin embargo, a continuación, vamos a entrar en detalles para saber qué es la parasomnia, cuáles son sus causas y cómo puede afectar la parasomnia en adultos.

¿Qué es la parasomnia?

La parasomnia es un trastorno del sueño que se caracteriza por el desarrollo de conductas anormales mientras se duerme. Las alteraciones son muy variadas y pueden aparecer tanto en la transición del sueño a la vigilia, a la inversa o en cualquiera de las fases del sueño. Entre sus síntomas más habituales se encuentran los movimientos físicos, incluido el sonambulismo, los terrores nocturnos o las pesadillas, todo ello sin que la persona sea consciente. A menudo, quien la sufre no recuerda nada al despertar, lo que puede generar confusión.

Disomnia y parasomnia diferencias clave

Conocer la parasomnia permite reconocer la diferencia con respecto a otros trastornos del sueño, como es el caso de las disomnias. Estas, que engloban la apnea o el insomnio, son condiciones que interfieren en la cantidad, calidad o continuidad o duración del sueño. Por su parte, las parasomnias se relacionan directamente con conductas anormales que ocurren durante el sueño, como puede ser el sonambulismo o los terrores nocturnos.

Sus consecuencias sobre el descanso son notables, ya que interrumpe sus fases normales además de deteriorar su calidad, pese a que la persona puede no notarlo conscientemente. Igualmente, en ocasiones, y dependiendo de la gravedad y del tipo de parasomnia, puede aumentar el riesgo de accidentes y daños físicos por caídas, golpes o incluso comportamientos agresivos involuntarios.

¿Cuáles son las causas de la parasomnia?

El origen de la parasomnia no es único y, de hecho, puede responder a diversos factores como los genéticos o incluso otros trastornos del sueño, además de otras circunstancias como las siguientes:

• Estrés o ansiedad crónica
• Falta de sueño o privación del descanso reparador
• Consumo de alcohol, cafeína o estupefacientes
• Uso de ciertos medicamentos
• Trastornos neurológicos

La parasomnia agrupa una variada gama de experiencias, lo que incluye alteraciones benignas hasta otras que pueden poner en peligro a la persona o a quienes la rodean. Todo dependerá, incluido su tratamiento, de la gravedad del trastorno, de ahí que existan diferentes tipos.

¿Qué tipos de parasomnia existen y en qué fase del sueño ocurren?

La clasificación de la parasomnia tipos se basa en la fase del sueño en la que se manifiestan. Algunas se presentan durante el sueño profundo (fase no REM), mientras que otras aparecen en la fase REM, donde predominan los sueños intensos. Igualmente, también pueden suceder en la transición del sueño a la vigilia.

Parasomnias del sueño no REM

Las parasomnias en esta fase suelen ocurrir al principio de la noche, en las etapas de sueño más profundo. Algunas de las más frecuentes son:

• Sonambulismo: cuando la persona camina o realiza actividades mientras duerme sin ser consciente de ello, a pesar de que suelen permanecer con los ojos abiertos. Es habitual en niños, aunque también puede existir el sonambulismo en adultos.
• Terrores nocturnos: su principal característica es la aparición de gritos, sudor y signos de pánico. Quienes los padecen suelen quedarse sentados en la cama, pese a que están profundamente dormidos.
• Despertares confusionales: se trata de episodios de desorientación al despertar, donde el individuo actúa de forma incoherente o extraña durante algunos minutos. Tiende a ser más frecuente en niños y adultos jóvenes.

Parasomnias del sueño REM

Durante esta fase del descanso es cuando se sueña y supone un 25 % del ciclo del sueño. Las parasomnias más comunes en esta etapa son tres:

• Pesadillas vívidas: son sueños que producen gran angustia y muy realistas para quienes las padecen. Se recuerdan con detalle y pueden generar miedo a volver a dormir.
• Trastorno de la conducta del sueño REM: la persona “actúa” físicamente sus sueños con movimientos bruscos o incluso violentos (puñetazos, patadas…), sin ser consciente de ello.
• Parálisis del sueño aislada: se trata de una pérdida de control sobre el cuerpo, en el que este no responde por unos momentos. Así, la persona no puede moverse o hablar durante unos segundos o minutos, lo que genera ansiedad.

¿Se puede tratar la parasomnia para recuperar la calidad del sueño?

La respuesta es sí, aunque de lo que se trata es de manejarla y de intentar que interfiera lo menos posible en el sueño y en la calidad de vida de la persona. Así, las estrategias variarán según el tipo de parasomnia y de su gravedad.

Se suele comenzar por aprender una correcta higiene del sueño y por la protección del lugar de descanso para evitar accidentes. También se debe trabajar en la reducción de desencadenantes, como pueden ser el estrés y la privación del sueño. Otros casos pueden requerir el uso de medicamentos.

Entender qué es la parasomnia y cómo puede afectar al sueño es fundamental para mejorar el bienestar de quienes la padecen. Pese a ello, siempre es conveniente que un profesional realice un seguimiento médico, además de contar con un entorno de descanso adecuado, ya que un ambiente tranquilo y cómodo puede marcar la diferencia.