sudores nocturnos

08 Ago ¿Sudores nocturnos? Descubre por qué ocurren y cómo evitarlos

Los sudores nocturnos son episodios de sudoración intensa que tienen lugar durante el sueño y que se repiten a lo largo del tiempo. No siempre están relacionados con el calor o con dormir muy abrigado y, sin embargo, es habitual que lleguen a empapar toda la ropa de cama. La sudoración nocturna sin fiebre es un fenómeno que se da como una respuesta corporal que puede estar originada por múltiples factores, y conocerlos puede ayudarte a prevenirla.

Sudores nocturnos causas: factores como los cambios hormonales o el estrés pueden desencadenarlos

Sudar durante una noche calurosa o al dormir con un edredón demasiado grueso es algo normal: es simplemente la manera en la que el cuerpo regula su temperatura interna para mantenerse en equilibrio. Y es probable que la mayoría de las personas hayan experimentado en alguna ocasión un episodio de sudoración excesiva al dormir. Sin embargo, cuando estos episodios se vuelven frecuentes durante el descanso, pueden ser una señal de que existe algún tipo de desajuste en el organismo.

Por ejemplo, son habituales cuando hay fiebre o ante cambios hormonales, de ahí que sean comunes los sudores nocturnos en la menopausia. En otros casos, pueden estar asociados a algún problema de salud, especialmente si vienen acompañados de otros síntomas.

Además, ciertos medicamentos pueden interferir en la termorregulación como efecto secundario. Esto es frecuente con fármacos utilizados para tratar la depresión, la diabetes o con algunos bloqueadores hormonales. Pese a ello, en personas sanas, una de las causas más comunes de los sudores nocturnos es el estrés o la ansiedad. El sistema nervioso está relacionado con el aumento de la temperatura corporal. Por eso, si existen rachas de tensión o presión emocional, el cuerpo puede manifestar la sobrecarga a través de la sudoración.

Sudores nocturnos mujer: las protagonistas suelen ser las hormonas

Aunque los sudores nocturnos hombre también existen, es cierto que tienden a ser más frecuentes en las mujeres. ¿El motivo principal? Las hormonas. Por eso son comunes durante las etapas premenopáusica y menopáusica. En estos casos, una de las soluciones más eficaces son las terapias hormonales sustitutivas.

En los hombres, los cambios hormonales también pueden provocar sudores nocturnos a partir de cierta edad. Además, en ambos sexos, estos episodios pueden tener su origen en trastornos del sueño como la apnea.

En cualquier caso, y más allá del sexo, la mayoría de los sudores nocturnos tienen causas benignas y pueden mejorarse con pequeños cambios en los hábitos y en el entorno de descanso.

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¿Cómo evitar los sudores nocturnos?

Antes de implementar cualquier medida, lo ideal es identificar qué está provocando los sudores nocturnos. A partir de ahí, se pueden poner en práctica algunas recomendaciones útiles como las siguientes:

Tu entorno de descanso importa

El ambiente, la iluminación, el mobiliario o la ropa de cama influyen directamente en la calidad del descanso. Por eso, es fundamental contar con los accesorios adecuados para generar el entorno idóneo donde relajarnos y estar cómodos. En el caso de los sudores nocturnos, conviene elegir un colchón transpirable, como pueden ser los fabricados en látex o con materiales que favorezcan la ventilación. Además, no olvides la temperatura del dormitorio, la cual debe mantenerse entre los 18 y los 20 ºC durante la noche. En esa línea, opta por tejidos naturales para vestir tu cama. Las sábanas 100 % algodón y el lino son opciones que permitirán una correcta regulación térmica.

La alimentación influye en el sueño… y en la temperatura corporal

Las cenas pesadas y copiosas, especialmente si se hacen justo antes de dormir, pueden favorecer el aumento de la temperatura corporal y provocar sudoración. También conviene evitar alimentos picantes, alcohol y cafeína. En su lugar, elige comidas ligeras y, a ser posible, consúmelas al menos dos horas antes de acostarte.

Las técnicas de relajación pueden ser tus aliadas

Como hemos visto, el sistema nervioso juega un papel clave en la aparición de los sudores nocturnos, especialmente cuando hay ansiedad, estrés o tensión acumulada. Por eso, incorporar técnicas de relajación en la rutina previa a ir a dormir, como la respiración profunda, la meditación o los estiramientos suaves, puede ayudar a disminuir la activación del cuerpo y promover un descanso más tranquilo.

Los sudores nocturnos no suponen un problema grave si no ocurren de forma habitual. Utilizar almohadas y colchones que favorezcan una buena ventilación y una correcta termorregulación, puede marcar la diferencia, al igual que optar por ropa de cama elaborada con fibras naturales. Sin embargo, si la sudoración interrumpe el sueño de forma recurrente o se presenta acompañada de otros síntomas, es recomendable consultar con un profesional para descartar posibles problemas de salud.

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