
24 Mar Consejos para el cambio horario de verano por el DR. JAVIER ALBARES
DR. JAVIER ALBARES – Desde el punto de vista de la salud, el cambio de hora de verano tiene un impacto «leve» en el organismo, aunque hay «una respuesta individual», ya que no afecta por igual a todas las personas. Los que más suelen sufrir los efectos son los niños, las personas mayores y las personas con trastornos del sueño previos.
El cambio horario puede implicar «ligeros» trastornos en el sueño, los hábitos alimenticios y el estado de ánimo, que pueden aumentar el cansancio, la irritabilidad o la falta de concentración, aunque estos problemas remiten en el plazo de tres o cuatro días.
Para minimizar las consecuencias de este cambio de hora nos puede ayudar hacer el cambio de forma paulatina.
- Durante los días previos es recomendable cenar y acostarse un poco antes para ir adaptándose al nuevo horario. Por ejemplo, ir adelantando desde el miércoles cada día 15 minutos nuestros horarios de cenar e ir a la cama, así el cerebro se va adaptando y no sufre el cambio brusco de 1 hora.
- Debemos evitar las siestas estos días, ya que si las hacemos todavía tendremos más problemas para conciliar el sueño a nuestra hora habitual.
- Evitar el consumo de excitantes como café, té, colas, al menos 5-6 horas antes de nuestra hora de acostarnos.
- En la medida de lo posible evitar actividad física demasiado tarde, al menos los primeros días, ya que puede activarnos y aumentar nuestras dificultades para conciliar el sueño.
El problema principal de que oscurezca más tarde es que puede facilitar que nos acostemos más tarde y por lo tanto durmamos menos horas, aumentando la privación crónica de sueño que ya sufre durante todo el año nuestra sociedad. Dormimos de media 1 hora menos que el resto de los europeos. Esto es en gran medida debido a los horarios tan tardíos que tenemos de comer y cenar, el horario de verano empeora las cosas en este sentido. Al final como nos faltan horas se las quitamos al sueño, es decir a nuestra salud.
Durante los meses de primavera y verano los días son más largos, disponemos de mayor número de horas de luz natural. La luz solar es importantísima para regular nuestro estado anímico y nuestro sueño, sobretodo si la recibimos por la mañana. Si tenemos horarios muy matutinos, y madrugamos para ir al trabajo, es muy importante para nuestro estado de ánimo y para nuestro sueño tener luz natural desde el momento que nos levantamos. El cambio al horario de verano hace que muchas personas se levanten cuando todavía no ha amanecido. Además el horario de verano nos lleva a dormir menos horas porque nos acostamos más tarde, y dormir menos horas afecta a nuestro estado de ánimo de forma negativa.
Es importante que la gente entienda que la luz del día se puede aprovechar también por las mañanas, esto nos ayudará a no tener horarios tan tardíos.
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