08 Oct Colchones duros: para qué tipos de personas se recomiendan
Los colchones muy firmes tienen sus adeptos, pero lo cierto es que la elección de uno no debería basarse únicamente en las preferencias personales. Dar con el soporte más adecuado también depende de la constitución del durmiente y de la postura en la que se descansa. De ahí que no suela ser una tarea sencilla encontrar el idóneo; ya que es importante que responda a las necesidades de cada uno. Pero ¿a quién se adecua un colchón duro? A continuación, veremos el tipo de características y personas que más beneficios sacarán de este tipo de firmeza.
¿Qué es un colchón duro?
Para medir la dureza de un colchón se tiene en cuenta la fuerza necesaria para comprimir el material del que está hecho. Esto repercute en la forma en la que se comportan los componentes ante el peso o el movimiento que se ejerce sobre ellos. Y, en consecuencia, influye en el soporte y apoyo que ofrece al cuerpo en los momentos de descanso.
En el grado de dureza también entra en juego la densidad y el tipo de material con el que está fabricado. Hay algunos que ofrecen una sensación más firme, como son los de látex o de muelles, aunque muchos incorporan varias capas, además de existir diferentes niveles de rigidez entre los que se puede elegir. En el lado opuesto se encuentra la viscoelástica, caracterizada por su “efecto abrazo” gracias a su dureza baja. El resultado es que aportan una gran sujeción además de aliviar los puntos de presión. Pero esto puede no responder a las necesidades de todos.
Habitualmente, la firmeza de la cama se mide en una escala que va de menos a más. En los primeros puestos se sitúan aquellos que ofrecen una sensación envolvente o de “nube”; pasando progresivamente a los que presentan un equilibrio y no son ni demasiado blandos ni demasiado duros. Estos suelen ser los más comunes y pueden encajar con un mayor número de personas. Por último, se sitúan los colchones de firmeza alta y se suelen caracterizar por su rigidez y por el hecho de que no suelen hundirse en contacto con el peso del cuerpo tan fácilmente.
Por lo general, un colchón duro ofrece una buena alineación de la columna vertebral. Pero puede no ser tan recomendable para según qué casos.
¿Quién se puede beneficiar de un colchón firme?
Más allá de las preferencias y gustos personales, las camas con una dureza alta se recomiendan a aquellas personas que son pesadas; ya que son las que mejor se adaptan a sus características. De esta manera, se consigue amortiguar la estructura corporal, lo que favorecerá la comodidad y el descanso. Pero más allá del peso, también hay otras circunstancias en las que es preferible este tipo de colchones:
- Las personas que se mueven mucho durante el sueño pueden agobiarse si duermen en un colchón demasiado blando. En cambio, uno más firme puede brindar la comodidad necesaria y permitir el movimiento sin interferir en el descanso.
- Un colchón duro tiene la ventaja de que brinda un buen soporte al cuerpo, lo que contribuirá a que la columna se mantenga alineada. Esto es especialmente beneficioso para quienes padecen problemas de espalda, ya que la mantendrá en una posición correcta.
- Este tipo de camas pueden ser convenientes para aquellas personas que sean calurosas durante el sueño. La firmeza hace que el contacto entre el cuerpo y el colchón sea menor; algo que facilita la ventilación y alivia la sensación de calor.
- La postura en la que se duerme también es un factor decisivo a la hora de que una superficie resulte más idónea que otras. Las que poseen una firmeza media-alta son indicadas para quienes duermen bocabajo; al no aumentar el espacio que queda entre las costillas y la pelvis, no producirá malestar en la zona lumbar. También pueden beneficiarse de ellos los que descansen bocarriba, pero nunca aquellos que lo hagan de lado.
En cualquier caso, lo importante es encontrar un colchón duro que sea conveniente. Ya que una excesivamente alta puede aumentar los puntos de presión en los hombros y las caderas; y más aún si se duerme de manera lateral. Por otro lado, los colchones con una firmeza baja resultarán más confortables para quienes tengan una constitución ligera y para niños.
Para dar con el soporte más adecuado es crucial poder probarlos y observar las sensaciones que nos generan. Así, será más fácil descubrir el que mejor se adapta a nuestras necesidades para obtener así un descanso de calidad.
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