ronquido en niños

10 Jul ¿Cuáles son las causas de los ronquidos en niños y sus consecuencias?

Aunque inicialmente puede ser algo que se asocie con la adultez, lo cierto es que los ronquidos en niños también pueden producirse. La mayoría de las veces son episodios ocasionales que derivan de la presencia de mucosidad en las vías respiratorias, de ahí que puedan darse ronquidos en niños resfriados cuando ha habido un catarro de por medio. Sin embargo, cuando se trata de algo persistente, puede llegar a afectar al descanso del menor. Para entender un poco mejor este fenómeno, vamos a ver a continuación sus principales causas y el impacto que puede tener en el sueño de los más pequeños de la casa.

¿Qué provoca los ronquidos en niños?

Los ronquidos tienen lugar cuando hay algo que genera una resistencia mayor a la habitual en el flujo del aire en las vías respiratorias. Esa obstaculización puede ser algo eventual o puede darse de una manera más frecuente. El primero de los casos suele coincidir con aquellos momentos en los que la niña o el niño están constipados o bien como resultado de rinitis y/ o asma desencadenados por alergias. Cuando estos eventos desaparecen, también lo hacen los ronquidos.

Otra causa habitual es que la vía respiratoria superior se encuentre parcialmente obstruida debido a la presencia de adenoides, comúnmente conocidas como vegetaciones, o por que existan unas amígdalas demasiado grandes, algo que se conoce como hipertrofia amigdalar. Además, ciertas anomalías estructurales como el paladar hendido o la propia forma de la cavidad bucal y la mandíbula pueden ser los promotores de los ronquidos en niños.

Otros factores que también los provocan son el sobrepeso y la obesidad; un exceso de tejido adiposo en las zonas que rodean las vías respiratorias superiores puede dificultar el flujo de aire durante el descanso. También puede llegar a influir la posición en la que duerme el pequeño. Una de las que más puede interferir es la postura boca arriba, ya que puede obstaculizar parcialmente las vías respiratorias. En este caso, la adopción de otra posición en la cama resolvería el problema.

Por último, si los ronquidos van acompañados de otros síntomas como dificultad al respirar durante el sueño, si el niño deja de hacerlo durante un período aproximado de 10 segundos, suele amanecer empapado en sudor o duerme en posturas singulares, puede padecer el Síndrome de Apnea-Hipopnea del Sueño (SAHS). Este problema causa la interrupción frecuente de la respiración mientras se descansa.

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¿Qué consecuencias puede acarrear el ronquido en niños?

Que una criatura ronque implica que hay algo que entorpece la respiración, lo que puede complicar que obtenga un sueño reparador y de calidad. Esto puede desencadenar en somnolencia y cansancio durante el día. Hay veces en las que incluso la falta de sueño les puede ocasionar el efecto contrario y que se muestren más inquietos de lo normal. A su vez, todo ello influye en el aprendizaje y en el desempeño escolar. Los niños que tienen un sueño insuficiente también pueden mostrar déficit de atención y alteraciones en el apetito y la conducta.

La calidad del descanso durante la infancia tiene especial importancia; en esas etapas el sueño cumple funciones que van más allá de recuperar energía. Se trata de un proceso indispensable para el correcto crecimiento de los pequeños, ya que desempeña un rol crucial en el desarrollo físico, social y cognitivo. Es por eso por lo que, ante las primeras señales de que pueda no estar durmiendo de manera adecuada, se consulte al especialista pediátrico para salir de dudas y descartar problemas.

¿Cómo evitar que un niño ronque?

Dependiendo de las causas que generen el ronquido, los abordajes también deben ser diferentes. Es importante que, al primer signo, se observe al pequeño para determinar si lo hace de manera frecuente o se trata de algo transitorio. También conviene ver si tiene un sueño muy agitado, se hace pipí o si respira por la boca.

Ante los casos más habituales, como la mucosidad producida por un resfriado o alergias, se pueden adoptar algunos sencillos pasos para prevenirlo:

  • Mantener limpias y despejadas las fosas nasales: para ello se puede recurrir a los lavados con soluciones salinas, algo que además aliviará la congestión.
  • Propiciar una buena humedad ambiental: recurrir a un pequeño humidificador durante la noche puede facilitar la disolución de la mucosidad en las vías respiratorias, además de aliviar la congestión nasal y otras molestias que pueden provocar los catarros.
  • Cuidar la exposición a alérgenos: si son las alergias las responsables de los ronquidos, lo ideal es prevenir aquello que las provocan. Esto puede ir desde evitar ciertos alimentos hasta controlar los ácaros del polvo. Si el polen es el causante, recuerda ventilar a primera hora de la mañana y no abrir las ventanas durante el día. Además, si se ha salido a la calle, conviene cambiar de ropa al pequeño al llegar a casa.

Si se detecta que los ronquidos son más habituales, es recomendable recurrir a un especialista. De esta forma podrá evaluarlo y determinar qué los está provocando, lo que garantizará que el niño disfrute de un sueño de calidad y saludable.

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