29 Abr Consecuencias de la falta de descanso en la salud emocional de los niños, por Begoña Ibarrola y Educar es Todo
Tradicionalmente hemos atribuido a la falta de descanso repercusiones físicas, como el cansancio o el sueño. Pero la falta de descanso y los malos hábitos de sueño también repercuten negativamente en nuestra parte emocional. Concretamente en el desarrollo de dos competencias emocionales claves: la regulación emocional y la empatía.
“No dormir nos impide regular nuestras emociones, desarrollar nuestra inteligencia emocional y nuestra empatía”, nos dice la psicóloga Begoña Ibarrola. También nos insta a “tomarnos en serio nuestro descanso y el de nuestros hijos y convertirlo en rutina, como lavarnos los dientes o las manos”.
¿Cómo repercute la falta de descanso en nuestra parte emocional?
Ibarrola nos lo explica enumerando las consecuencias que tiene esta falta de descanso en nuestra salud emocional:
- No descansar produce que las respuestas emocionales sean intensas e impulsivas.
- No podemos desarrollar la empatía. Si yo no estoy bien, difícilmente puedo ponerme en la piel de los demás.
- Pensamientos rumiantes. Cuando no dormimos bien, en mi cabeza entran pensamientos rumiantes que elevan mi nivel de estrés. Son como virus mentales que producen preocupación y malestar.
- El sueño influye en la toma de decisiones. ¿Por qué? Porque las emociones influyen en la toma de decisiones. Cuando la persona ha dormido bien, tiene agilidad mental para decidir. La emocional susurra, y luego la mente racional toma la decisión. Si no hemos dormido bien, hay una niebla emocional.
- Se reduce la flexibilidad cognitiva. La flexibilidad cognitiva es una función ejecutiva básica. Cuando tenemos que tomar una decisión o tenemos un conflicto, tenemos que proyectar posibles salidas… eso exige flexibilidad cognitiva… Cuando hemos descansado, somos más flexibles cognitivamente.
- Respuestas exageradas. Desequilibro a la hora de dar la importancia que se merecen las cosas.
- Disminuye nuestra capacidad de enfrentarnos al estrés debido a la baja energía con la que contamos.
- La falta de descanso nos provoca una visión mucho más pesimista.
- Aumenta el mal humor. Lo que provoca un deterioro de las relaciones interpersonales. La gente se aleja de la gente que siempre está de mal humor. Tener relaciones satisfactorias nos acerca a la felicidad.
- Perdemos la capacidad de poner las cosas con perspectiva. “De vez en cuando en la vida, tenemos que subir a la montaña para alejarnos y mirar desde arriba”, nos dice Ibarrola. Esta capacidad disminuye cuando no hay descanso.
Influencia de la inteligencia emocional
Una buena inteligencia emocional, clave para el bienestar y felicidad de nuestros hijos. Por desgracia, en la vida, nuestros hijos se van a encontrar con situaciones difíciles, problemas, conflictos… Nosotros no podemos evitar que esto ocurra, pero sí podemos dotarles de recursos para enfrentarse a ella. “Uno de estos recursos es el descanso. Si no descansan, de pronto tienen visión de túnel, no tienen esa flexibilidad cognitiva de la que hablamos antes”, nos dice Ibarrola.
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