19 Dic Cuánto debe medir un colchón individual para dormir con niños
Si en ocasiones puede ser complicado encontrar el colchón idóneo para nosotros, cuando se trata del descanso de los más pequeños, la cosa puede volverse algo un poco más confusa. ¿Cómo debe ser el espacio perfecto para ellos? ¿Cuáles son las medidas cama individual? ¿Qué es mejor para niños en cuanto a firmeza? A continuación, vamos a resolver estas cuestiones y a apuntar algunos de los factores claves que se deben tener en cuenta para garantizar su sueño tranquilo con las mejores opciones en cuanto a mobiliario de descanso.
¿Qué medida de colchón elegir?
El colecho y usar una cama familiar en la que duermen no solo la pareja o uno de los progenitores, sino también los bebés o niños pequeños, es una práctica bastante habitual en nuestros días. Para aquellos que opten por esta opción, deberán contar con una cama lo suficientemente amplia para dar cabida a los miembros de la familia que vayan a usarla. De esta forma, se facilitará el descanso de todos los durmientes y también la integridad de los pequeños.
Para estos casos, las camas de matrimonio son las más recomendables. Sus medidas abarcan múltiples anchuras y longitudes. Las más frecuentes son las de 135 y 150 centímetros, pero pueden llegar a los 200 centímetros de ancho. Para dar con el tamaño más conveniente hay que tener en cuenta el número de personas que la usarán, así como su complexión, altura y el espacio disponible en la habitación. Del equilibrio entre todos estos factores resultará la mejor alternativa para cada situación.
Sin embargo, siempre llega el momento en el que la criatura debe usar su propia cama. Es ahí donde entran las medidas cama individual y las diferentes consideraciones a tener en cuenta para elegir la más apropiada.
Las medidas estándar para una cama individual
Aunque la medida más común de una cama individual es la de 90 centímetros, también se pueden encontrar de 80 y 70 centímetros de ancho. Estas dos últimas suelen estar pensadas para los niños con menos edad, y los largos pueden variar entre los 140 y los 200 centímetros. Su elección dependerá de las dimensiones del dormitorio, principalmente, aunque también se debe tener en cuenta la constitución de la niña o el niño, su edad y, por supuesto, el hecho de que irán creciendo y que la cama debe amoldarse a sus necesidades cambiantes.
Además del colchón, también hay que considerar las medidas de base de cama individual. Estas van en consonancia a los colchones y sus estándares. En el caso de los más pequeños; la estructura de la cama puede variar algo más con respecto a la de los adultos. En muchas ocasiones se suele optar por literas para aquellos días en los que reciben compañía. Las camas nidos son otra solución más compacta que posibilita tener un colchón adicional y que, cuando no se necesita, queda oculto bajo la estructura en forma de mueble.
Las recomendaciones de colchones individuales para niños
Más allá de las medidas cama individual; encontrar el mejor colchón para los niños y su descanso debe incluir la valoración de otros aspectos fundamentales:
- Firmeza: decantarse por una u otra dependerá, sobre todo, de la edad del infante. Durante los primeros años de vida la firmeza debe ser alta; nunca blanda. La razón es que se mueven mucho al dormir y se debe garantizar una postura neutra de la columna. Un colchón muy suave, además de que suele resultar incómodo por la sensación de sujeción, puede provocar que cojan malas posturas que perjudicarán su crecimiento y desarrollo. Es a partir de los 10 años cuando se puede optar por uno de firmeza media; cuando comienza a ser importante considerar su peso.
- Compuestos hipoalergénicos: por lo general, los niños suelen ser más propensos a padecer alergias; de ahí que sea aconsejable recurrir a materiales que las minimicen.
- Impermeabilidad: dado que a ciertas edades suelen ser frecuentes los derrames de líquidos y los accidentes; las fundas que aportan impermeabilidad al colchón pueden alargar la vida del mismo y facilitarán la limpieza posterior y la higiene.
- Transpirabilidad: es importante que los componentes de la cama ofrezcan una buena ventilación para garantizar una temperatura óptima y eviten, en la medida de lo posible, la sudoración característica de las edades tempranas.
Además de las propiedades del colchón, otros aspectos pertinentes para asegurar el descanso de los niños son la ropa de cama y las almohadas. Por otro lado; crear un ambiente tranquilo también es otro factor que contribuirá de manera significativa a obtener un sueño reparador. Los pequeños pasan mucho tiempo durmiendo debido a la gran cantidad de energía que gastan. Por eso es importante dar con el mobiliario más confortable; para facilitar la serenidad durante las noches, tanto para ellos, como para los padres y madres.
Aún no hay comentarios, ¡deja el tuyo!