25 Dic Así le afecta a nuestro hijo no dormir bien o lo suficiente, por Begoña Ibarrola y Educar es Todo
Según el estudio Pasos de la Fundación Gasol, un 40,9% de los niños y adolescentes españoles no cumplen las recomendaciones de sueño entre semana, cifra que llega al 48% los fines de semana. Pero, ¿cuáles son estas recomendaciones?
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los lactantes menores de tres meses de edad deben tener entre 14 y 17 horas de sueño de buena calidad, incluidas las siestas; y los de cuatro a once meses, de 12 a 16 horas. Los niños de uno a dos años deben dormir entre 11 y 14 horas y en la etapa preescolar (tres, cuatro y cinco años), entre 10 y 13 horas diarias.
Para que nos hagamos una idea, un niño de entre 6 y 11 años debería acostarse como muy tarde a las 9 de la noche, puesto que los horarios escolares le obligan a despertarse entre las 7 y las 8 de la mañana.
El hecho de que nuestros niños no descansen las horas suficientes no solo va a provocar que estén somnolientos durante el día, sino que va a traer muchas otras consecuencias.
Consecuencias de no dormir bien en niños
Además de la consecuencias de no dormir bien en niños más evidentes, como es el cansancio y, en consecuencia, la falta de energía para realizar actividad física, lo que deriva en un aumento del riesgo de padecer obesidad, hay otras consecuencias que tienen que ver más con la parte cognitiva.
«La falta de sueño puede alterar el comportamiento y el estado de ánimo, volverles más activos de lo habitual, hacerles disminuir su atención en clase, hacer que se muestren antipáticos o más irritables», nos decía Ibarrola en un directo en Instagram como parte del movimiento Sentirse Flex.
“De la misma manera que establecemos horarios para comer u horarios para realizar determinadas actividades, debemos fijar también el horario de acostarnos”, alegaba Ibarrola, que resalta como, erróneamente, en muchos hogares “no hay una hora fijada para irse a dormir, lo que provoca que nos vayamos más tarde de lo habitual porque siempre nos surgen cosas que hacer o dejar preparadas de cara al día siguiente”.
El descanso, la mejor herramienta para afrontar las dificultades del día
A todas las madres y padres nos gustaría que nuestros hijos supieran enfrentarse a los múltiples desafíos que se les presentan diariamente. Dotarlos de herramientas para que pudieran desenvolverse cuando nosotros no estemos para ayudarles. Esa herramienta, para Ibarrola, es el descanso: “a nuestros hijos no les podemos evitar los conflictos, el estrés, los problemas, pero si no descansan lo suficiente, les estamos dejando sin recursos para resolver estos conflictos o afrontarlos de una manera óptima. Es como si les pusiéramos ‘visión de túnel’, acortando su campo de visión para buscar alternativas y soluciones a los retos del día a día”, concluye Begoña.
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