
15 Ago Dormidores cortos y Dormidores largos por el Dr. Albares
¿Por qué hay personas que con pocas horas de sueño ya tienen suficiente para estar bien físicamente y, sin embargo, otras necesitan un mayor número de horas? La respuesta está relacionada con los llamados dormidores cortos y dormidores largos, dos cronotipos que reflejan diferencias individuales en la necesidad de descanso. Comprender esta distinción puede ayudarte a optimizar tus rutinas de sueño y mejorar tu bienestar general.
¿Qué son los dormidores cortos?
Sabemos que solo el 5% de la población es capaz estar al 100% durmiendo cinco horas mientras otros precisan entre ocho y 10 horas; el secreto está en sus genes.
Margaret Thatcher y Gregorio Marañón apenas necesitaban dormir cinco horas para mantener un ritmo de actividad alto. Si no es tu caso, no debes acomplejarte. Es probable que ellos pertenecieran a una minoría que los especialistas denominamos «dormidores cortos»: personas que con un sueño nocturno de cuatro a seis horas se encuentran ya descansadas y con sus funciones intelectuales a pleno rendimiento. La explicación se encuentra, en gran parte, en sus genes, que hacen que la función regenerativa que tiene el sueño se cumpla.
El verdadero problema es que muchas personas creen pertenecer a este grupo, cuando en realidad sufren de una privación crónica de sueño. Las largas jornadas laborales, los compromisos sociales o el uso excesivo de pantallas son factores que han contribuido a reducir de forma artificial nuestras horas de sueño.
Es común escuchar frases cómo “dormir es perder el tiempo” o “yo con cinco horas tengo suficiente.” Nos faltan horas; muchas veces nuestro día suele estar sobrecargado y lo más fácil es quitárselas al sueño.
La forma de diferenciar un dormidor corto real de uno falso es muy sencilla. Pregúntate: ¿ necesitas una alarma para despertare o lo haces de forma natural? si sucede lo primero no eres un dormidor corto, simplemente vas corto de sueño.
Lo que sí se ha demostrado es que la privación de sueño crónica tiene efectos a nivel cognitivo, en el estado de ánimo, aumenta el riesgo cardiovascular, de resistencia a la insulina y diabetes, así como de sobrepeso y obesidad.
¿Qué son los dormidores largos?
En el otro extremo, también minoritario, estarían los «dormidores largos», aquellos que necesitan un 20% más de la media, en torno a las ocho horas de descanso. También tienen rostros conocidos: Albert Einstein o Miguel de Unamuno estarían entre ellos. Son personas que necesitan dormir entre 9 y 10 horas para encontrarse bien y no por ello presentan ningún trastorno del sueño ni ninguna alteración en la calidad, cantidad o continuidad de su sueño: simplemente necesitan dormir más horas y tienen una mayor necesidad fisiológica de sueño.
En todos los casos una historia clínica detallada, la actigrafía, escalas que miden el grado de somnolencia o el índice de calidad del sueño, tests cómo el MSLT, que proporciona una medición objetiva de la rapidez de inicio del sueño y estudios Polisomnográficos, pueden ser de gran ayuda para descartar patologías relacionadas con el sueño y que ocasionan menos o más horas de sueño de las necesarias.
La identificación y análisis de genes, es útil en casos donde se pueden establecer patrones familiares de sueño y ofrece pistas para comprender las diferencias entre individuos. De momento, se conocen unos cuantos genes que promueven de forma natural un ciclo corto de sueño y genes implicados en patrones de sueño que requieren ciclos largos.
Lo que sí sabemos es que el 80% de la población presenta una distribución normal de las necesidades de dormir: entre siete y ocho horas.
Recuerda que lo más importante es evitar la privación crónica de sueño y no confundirla con un dormidor corto.
Fundador y director de Medicina del Sueño Doctor Albares, Centro Médico Teknon.
Especialista europeo en Medicina del Sueño (titulado por European Sleep Reseach Society en el año 2014) y miembro de la Sociedad Española del Sueño (SES) y de la Sociedad Europea del Sueño.
Colegiado por el colegio de Médicos de Barcelona y especialista en Neurofisiología Clínica.
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