03 Dic Actividad física y sueño, por el Dr. Javier Albares
Los tres pilares fundamentales para una vida saludable son una dieta equilibrada, hacer ejercicio físico y cuidar nuestro descanso. Cuidando estos tres aspectos, nuestra salud puede mejorar de forma considerable.
Deporte y descanso
Nos centraremos en la actividad física y el descanso, dos pilares que tienen una relación bidireccional. Dormimos mejor cuando realizamos ejercicio y rendimos mejor a nivel físico cuando hemos descansado bien.
Todos sabemos que realizar actividad física tiene grandes beneficios para nuestra salud. Es básico conocer que, por mucho ejercicio que hagamos, si no cuidamos nuestro descanso, nuestro trabajo no se verá del todo reflejado, ni en nuestra salud ni en nuestro físico.
Como vimos en las funciones del sueño, una de ellas era la regeneración de tejidos y la secreción de la hormona de crecimiento.
La masa muscular no se desarrolla durante la realización de los ejercicios, sino que lo hace durante el descanso. En el período de sueño y, gracias a la hormona de crecimiento, las fibras y tejidos se reparan y los músculos se regeneran.
Sueño reparador para el organismo
Además, durante las horas de sueño, nuestro organismo recupera la energía que ha ido gastando durante el día. Pero, ¿cómo afecta la realización de actividad física a nuestro descanso?
Según la OMS, entre la larga lista de beneficios que tiene la realización de actividad física, una de ellas es que mejora la calidad y la duración de nuestro sueño.
Un estudio conjunto entre la Universidad de Bellarmine y la Universidad Estatal de Oregón en el que participaron más de 2.600 personas sacó algunas conclusiones. Los sujetos que realizaban al menos 150 minutos de actividad física a la semana, mejoraban en un 65% su calidad del sueño y mejoraban en un 45% su capacidad de concentración.
Consecuencias de hacer deporte
La realización de deporte aumenta la sensación de bienestar, debido a la secreción de endorfinas. Además, la mejora que se produce en nuestro descanso hace que durante el día nos sintamos con más energía y más ganas de realizar actividades.
Es importante, como comentamos en el decálogo de higiene de sueño, procurar no realizar el ejercicio justo antes de acostarnos, puesto que puede dificultarnos la conciliación del sueño. Lo recomendable, realizar el entrenamiento por la mañana o, si no es posible, al menos dos o tres horas antes de la hora de acostarnos.
Todos deberíamos practicar ejercicio de forma regular. Adaptándolo a nuestra edad y condición física (ir al gimnasio, salir a pasear, ir en bicicleta, etc.). Esto no solo nos ayudará a descansar mejor, si no que tendrá un impacto sobre nuestra salud física y mental.
Fundador y director de Medicina del Sueño Doctor Albares, Centro Médico Teknon.
Especialista europeo en Medicina del Sueño (titulado por European Sleep Reseach Society en el año 2014) y miembro de la Sociedad Española del Sueño (SES) y de la Sociedad Europea del Sueño.
Colegiado por el colegio de Médicos de Barcelona y especialista en Neurofisiología Clínica.
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